HAMNET
TÍTULO:
Hamnet
AUTOR: Maggie O’Farrell
EDITORIAL: Libros de
Asteroide
PÁGINAS: 352
AÑO:
2021
GÉNERO:
Novela contemporánea y extranjera
SOBRE
LA AUTORA
Maggie
O’Farrell nació en 1972 en Coleraine. Es periodista y escritora irlandesa. Ha
trabajado como periodista en Hong Kong y también como redactora literaria en
The Independent. Ha impartido clases de Escritura Creativa en la universidad de
Warwick y en el Golsmith´s College.
Autora
de ocho novelas: After You’d Gone (2000), My Lover’s Lover (2002), The Distance
Between Us (2004, ganadora del premio Somerset Maugham).
Entre
sus libros traducidos al Castellano se pueden encontrar: La extraña
desaparición de Esme Lennox (2007), La primera mano que sostuvo la mía (2010;
Libros del Asteroide, 2018), Instrucciones para una ola de calor (2013), Tiene
que ser aquí (2016; Libros del Asteroide 2017) y Hamnet (2020; Libros del
Asteroide, 2021) y un libro de memorias, Sigo aquí (2017; Libros del Asteroide,
2019).
Sinopsis
de Hammet
Año
1596, Stratford-upon-Avon, Inglaterra. La vida de Agnes transcurre plácidamente
junto a su marido y sus tres hijos. Ella cultiva plantas medicinales mientras
William trabaja en Londres. El destino, sin embargo, les reservará un duro
golpe cuando su hijo Hamnet, de once años, muera repentinamente tras contraer
la peste. A raíz de esta tragedia, su padre creará uno de los grandes
personajes de la literatura universal, de nombre casi idéntico al de su hijo.
Pero este libro no habla de famosos sucesos sino de algo íntimo y olvidado: la
vida de esta familia, y especialmente la de la mujer que la sostenía y que tuvo
que cargar con una insoportable pérdida.
Hamnet
ha obtenido el prestigioso Women’s Prize for Fiction y, muy recientemente
(marzo 2021) ha sido galardoneada con el premio National Book Critics Circle
Award for Fiction 2020. Actualmente se encuentra también entre los cinco
finalistas del Walter Scott Prize for Historical Fiction.
Mi
opinión sobre Hamnet
¿Por
dónde empezar? Comenzaré diciendo mejor las sensaciones que tuve al terminar
esta libro: cerrarlo y acariciar la tapa con la yema de los dedos intentando
imitar el mismo tacto con la que ha sido escrito; apoyar suavemente la palma de
mi mano derecha recogiéndolo, atrapando el suspiro de buenas sensaciones;
permanecer quieta unos segundos, en silencio, deleitándome en esa fascinación
conmovedora en la que te deja, mientras se me dibuja una sonrisa en la comisura
de los labios sabiendo, que el efecto de esta historia complace todos los
sentidos que quedarán grabados en la memoria interna, con plenitud, y quizá por
mucho tiempo.
Esta
es la historia de Hamnet —ya desde las primeras páginas caminas tras los pies
de este adorable niño susurrándole “tranquilo, lo estás haciendo muy bien,
estás haciendo todo lo que puedes”—, un niño de once años que muere a causa de
la peste bubónica, pero también es la historia de su familia, sobre todo la de
su hermana gemela, Judith, y principalmente la de su madre, Agnes.
Agnes,
una mujer de personalidad arrolladora, fuerte, salvaje, inteligente y de
carácter. Condicionada o presionada a ojos de otros en aquella época por tener
particularidades como ser curandera con plantas, tener dones, premoniciones y
visiones. Mujer envidiada y rechazada por ser algo extraña y diferente. Mujer
atrayente y querida al mismo tiempo por eso también: «¿sabes que ese es el
principal motivo por el que te quiero?, porque ves el mundo de una forma
distinta».
Mujer
enérgica, cuidadora-protectora y luchadora. Hasta que un atroz destino se cruza
en su vida: la muerte de su hijo. Sumida en el dolor y en la incomprensión de
la reacción de su marido, observaremos así las dos formas de afrontar el duelo
ante la pérdida de un hijo.
No,
esta no es una historia triste. Esta es una historia completa y universal hecha
de relaciones familiares, de vínculos, de ataduras y de obligaciones, en las
que las cadenas familiares atrapan hasta asfixiarte. De odio, de penas, de
anhelos, de incomprensiones y dolor.
Pero
también es una historia de sueños, de reivindicación por los deseos y sobre
todo de amor (amor de hermanos: el de los gemelos, el de Agnes con su hermano,
el de pareja, el del contacto de ella con la naturaleza, el de una madre hacia
sus hijos), de entrega, de respeto, de aprendizaje y maternidad.
Y
todo ello proyectado con una sensibilidad de escenas imaginarias que rozan la
perfección y que se saborean (desde la más agria y dura, hasta la más suave y
dulce) en un tono melodioso y placentero. Porque O’Farrell sabe narrarlas con
unas bellas descripciones líricas y de una extrema ternura.
El
dominio que tiene la autora en estas, expresadas con tanta precisión, acercan
al lector a que todos podamos empatizar de una forma muy cercana con cada uno
de los personajes y sensibilizarnos con ellos, con sus vivencias y sus
sentimientos. De esta forma, O’Farrell lo sintetiza todo en una trama suave y
al mismo tiempo intensa, con una dulzura muy delicada que la convierte en una obra
atractiva y bella.
“¿Cómo se dice, pregunta Judith, cuando una
persona tenía un gemelo y ya no lo tiene? (…) Si estás casada y tu marido se
muere, eres viuda. Y si a un niño se le mueren, los padres se convierten en
huérfano. Pero ¿cómo se dice lo que me pasa a mí?”
Esta
es la biografía de Hamnet, el hijo de Shakespeare (al que la autora no
pronunciará con su nombre, sino que tratará solo cómo “hijo”, “padre”,
“hermano”, “preceptor”, “marido”) —no, no hace falta saber sobre
literatura ni sobre las obras del
poeta—, y su mujer, donde la autora desde un hecho real da partida a una
historia de ficción y desde ahí, sin más datos, opera en el terreno de la
hipótesis para hacer una recreación elegante, libre y extraordinaria de sus vidas,
rascando con respeto en los recovecos veraces de la historia.
Así
O’Farrell, sorprendida porque académicos e historiadores no registraran en los
documentos oficiales de la época ni datos sobre la causa de la muerte de su
hijo (solo la fecha) ni sobre su mujer Agnes, de una figura tan importante como
lo fue el poeta, y creyendo personalmente que no puede ser que no haya relación
entre este suceso y la obra teatral del poeta “Hamlet” (fantasma de la época
isabelina), se toma de forma personal hacer un homenaje reivindicativo para dar
voz a estos personajes, e interpretarnos
de una manera laboriosa, grácil y
sensible, una suposición de sus vidas, sus pensamientos y sus sentimientos.
Con este atrevimiento no sabemos si la vida que les crea la autora en este libro es
cierta o no, quizá no se parezca en absoluto a lo que sucedió y cómo vivieron,
o quizá se acerque más de lo que pensamos, eso nunca lo sabremos. Pero al
menos, esta recreación, aunque acabe siendo ficción, completa o a medias, al
menos es algo más que lo que merecieron, y esa es la impresión que nos sugiere
la autora.